Arando y la Carreta
La Carreta, es una pieza importante a la hora de Arar en la tierra.
De Arar terrenos nuevos donde el sudor se combina con tus lagrimas
haciendo imposible diferenciarlas,
el arar hasta que tus dedos y pies se llenen de callos,
del sol radiante bronzear tu piel,
y tus huesos estillen del cansancio.

Un gozo porque estas abriendo camino, un gozo porque estas obedeciendo a Dios,
un gozo porque estas sembrando en terrenos asignados por EL.
Pero a veces este gozo es interrumpido por los que aran a tus espaldas haciendo
largos surcos. Dice Salmos 129:3
Aradores que aborrecen a Sion, aradores que angustian tu caminar,
aradores que se juntan para detener tu sembrío.
Aun mas impresionante, aradores que se trepan en tu carreta,
poniendo sus propios bultos, maletas y cargas.
Entonces la angustia se convierte en tristeza, porque su palabra
te confirma nuevamente:
Los aradores araron sobre mis espaldas; hicieron largos sus surcos.
Los surcos pueden representar un sinfin de cosas. Personas, circunstancias,
situaciones en las que jamas incluso te dirían como dice Salmos 129:8 "La bendición del
Señor sea sobre ustedes, los bendecimos en el nombre del Señor."
Los malos aradores llenan tu carreta de palabras contrarias y malos deseos,
incluso hasta cargan tu carreta de sus propios bultos y cargas que no te pertenecen a ti
para que las cargues mientras aras la tierra y ellos
en su comodidad esperando que otro haga el trabajo duro por ellos no te bendicen,
pero desean tus bendiciones.
Estas cosas indiscutiblemente angustian y entristecen el alma.
Pero...
Lo que trae aliento y consolación es que como su Palabra nos dice...
Salmos 129:4 - "Pero el Señor es justo; cortó las cuerdas de los impíos."
Así que tu que me estás escuchando, aquel que ara, suda, llora, se esfuerza con todo su ser,
hasta el cansancio y llorar de dolor, pero en la mañana se goza porque obedece a Dios
y es parte de tu siembra y cosecha, te digo, tranquilo, tranquila, El Señor ha llegado hoy
para cortar las cuerdas que te han echado, para liberarte de los surcos, hoyos en los que han
querido enterrarte y a sacar la tierra de encima para limpiarte.
Para que sigas arando con tu carreta nueva, y con el espacio suficiente que aguarda con paciencia y fe, para
que pongas allí la Cosecha hermosa, abundante, e interminable de tu arado incansable.
Sigue Arando la tierra que fluye leche y miel para llenar tu Carreta de la cosecha
asignada y dada solo por Dios.
Hoy les digo...
Salmos 129:8 "La bendición del
Señor sea sobre ustedes, los bendecimos en el nombre del Señor."
Lissette Aponte
Directora CoffeeMates Network
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